Pobreza farmacéutica: El coste de organizar la medicación
Seguir un plan médico de forma correcta nos ayuda a mejorar nuestra salud, y prevenir riesgos en el futuro. Sin embargo, la falta de recursos a la hora de gestionar la medicación puede afectar nuestra salud.
Antes de la llegada del coronavirus, aproximadamente el 10% de la población sufría dificultades para adquirir su medicación. Ahora, tras la pandemia, se estima que la cifra alcance el 30%.
En este artículo te explicamos qué es la pobreza farmacéutica y por qué es tan importante detectarla a tiempo.
También te puede interesar la importancia de la adherencia al tratamiento médico.
¿Qué encontrarás en este artículo? |
¿Qué es la pobreza farmacéutica?
Muchos medios de comunicación se han hecho eco de los problemas que conlleva la pobreza energética, como también de la infantil o la alimentaria. Estas situaciones se fundamentan en un estado de precariedad social donde las personas afectadas no tienen acceso bienes y servicios de primera necesidad.
Sin embargo, existe un tipo de emergencia social aún no reconocida por la administración pública, y que disminuye de manera notable la adherencia terapéutica. Por tanto, hablamos de un problema que repercute en la salud de aquellos que lo padecen.
Se trata de la pobreza farmacéutica, es decir, la imposibilidad de hacer frente a los gastos que comporta un tratamiento médico. Estos costes acostumbran a ser destinados a fármacos y productos sanitarios, como utensilios o complementos que den apoyo al seguimiento.
Por tanto, al no poder hacer frente al coste de las tomas diarias, la organización de su medicación sufre alteraciones y el tratamiento puede dejar de ser efectivo.
¿A quién afecta esta situación?
Hablamos de personas que habitualmente requieren de prestaciones sociales, y que con dificultad alcanzan el importe de su tratamiento. Afecta, sobre todo, a personas que han perdido su trabajo o cuyos ingresos son insuficientes. También encontramos a pensionistas y rentas bajas.
Por otro lado, este colectivo acostumbra a ser formado por pacientes de enfermedades graves, cuyas dolencias restringen sus capacidades y donde la adherencia juega un importante papel.
Estamos viendo pacientes graves que han reingresado al hospital por no poder hacer los tratamientos farmacológicos. |
Hablamos de un coste recurrente y necesario. No tener acceso a él comporta una clara falta de adherencia farmacológica, y, en consecuencia, también repercute de manera perjudicial en la salud de muchos ciudadanos.
Como podemos ver, la falta de organización farmacológica representa una emergencia social. Laura Morro, referente de la comisión de sanidad del Col·legi de Treball Social de Catalunya (TSCAT) lo explica así:
“Estamos viendo pacientes graves que han reingresado al hospital por no poder hacer los tratamientos farmacológicos. Tenemos casos a diario: pacientes covid que salen de la UCI con afectación multisistémica y a la que les das el alta empeoran, diabéticos que no se pueden pagar la insulina, enfermos de salud mental, cardíacos, pulmonares… “
Coronavirus: El detonante de la pobreza farmacológica.
Antes de que llegase el coronavirus ya podía apreciar en muchos hogares españoles una carencia en el acceso y organización de la medicación. En concreto, hablamos de más de 1.400.000 personas, según las estimaciones del CIS.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia esta situación se ha acentuado. Prueba de ello son las afirmaciones de Homero Val, responsable del Fondo Social de Medicamentos en la ONG Banco Farmacéutico:
“Muchas personas deben elegir entre comer o medicarse, y la covid-19 no es democrática, no afecta a todos por igual”.
Según los propios datos de la ONG, la falta de recursos en la gestión de la medicación ha comportado un crecimiento de la pobreza farmacéutica del 30%.
¿Cómo repercute en la sociedad?
Cuando hablamos de pobreza farmacéutica, existen dos tipos de consecuencias a tener en cuenta. Por un lado, vemos las consecuencias generales, es decir, aquellas que el estado debe asumir. Por otro, lo que de manera individual ven los pacientes.
Comparándolas, podemos deducir la importancia de que todos podamos llenar el pastillero semanal y organizar nuestros medicamentos según las recomendaciones médicas.
Consecuencias generales: Se trata de todos aquellos descuidos o cambios en el tratamiento que generan daños directos al paciente. Estos pueden ser náuseas, malestar, o empeoramiento de la enfermedad.
Consecuencias individuales: Existen innumerables repercusiones para todos aquellos que no pueden seguir el plan médico recetado. No obstante, podemos numerar 3 aspectos fundamentales a tener en cuenta.
- Desarrollo de enfermedades graves al no poder atender dolencias en estados iniciales.
- No invertir en otros productos y servicios de primera necesidad
- Deterioro de la adherencia terapéutica, y falta de eficacia del tratamiento.
¿Qué recursos existen para aquellos que no puedan pagarse la medicación?
Hablamos de copago cuando una persona debe abonar un porcentaje del coste de su medicación. Tu situación laboral, así como las condiciones en las que te encuentres determinarán si debes pagar o no por el tratamiento prescrito.
Aquí puedes encontrar una tabla comparativa que ofrece la OCU para saber qué porcentaje deberás abonar en el caso de que debas realizar copago.
De manera general, debes saber que, en el caso de personas cuya renta es inferior a los 18.000€, solo deberán abonar el 40% del precio total. Sin embargo, no todo el mundo puede permitirse esa carga económica.
Para todas aquellas personas con dificultades a la hora de afrontar el copago, existen alternativas que pueden aligerar esta carga. A continuación te dejamos algunas opciones interesantes:
Solicita prestaciones sociales: Existen diferentes programas de protección social que ofrecen ayudas económicas y otros servicios a personas con dificultades o en riesgo de exclusión social. |
Contacta con el Banco Farmacéutico: Una ONG que abarca todo el territorio español y que ayuda a aquellos que no puedan adquirir productos y farmacológicos y del día a día.. |
Descubre qué asociaciones hay en tu ciudad: La Asociación de Vecinos La Incolora es un gran ejemplo de cooperación y solidaridad. Se trata de una asociación de vecinos localizada en Villaverde, Madrid, que ha trabajado desde el inicio de la pandemia para evitar que sus vecinos se queden sin medicación. |
Por tal de ayudar a todos aquellos que lo requieran, IMA se compromete a fomentar la adherencia terapéutica a través de su servicio:
La organización de las tomas y entrega en la puerta de casa.
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