4 signos de que tu medicación no está haciendo efecto

 

Organización de la medicación

4 signos de que tu medicación no está haciendo efecto

¿Sientes que la efectividad de tu medicación ha disminuido? Identifica los 4 signos clave al perder adherencia en tu tratamiento.
 

Para muchos mayores, mantener su bienestar implica contar con un plan médico efectivo que, en ocasiones, se extiende indefinidamente. 

Con el paso de los años, nuestra salud experimenta cambios y, a partir de los 60 años, el metabolismo se modifica, enfrentándonos a desafíos relacionados con enfermedades y achaques propios de la edad.

Es en este momento cuando aumentamos el uso de fármacos y otros complementos para preservar la adherencia terapéutica. Sin embargo, identificar la efectividad de las tomas diarias puede volverse un desafío. 

¿Sientes que tu medicación ya no está surtiendo el efecto deseado? 

Surgen dudas sobre el plan médico cuando los resultados no son evidentes a corto o medio plazo. También es común experimentar temor al indagar sobre el estado de nuestra salud o atribuir ciertos efectos secundarios al curso normal del tratamiento.

En cualquier caso, siempre es importante conocer nuestra condición y aquello que podamos esperar. En este blog encontrarás 4 signos de que tal vez tu medicación no esté funcionando. 

No obstante, antes de realizar ningún cambio en la medicación, debemos asegurarnos de que nuestro referente sanitario así lo avala, y no tomamos decisiones de manera independiente.

En este blog, te presentamos 4 signos que podrían indicar que tu medicación no está siendo efectiva. No obstante, antes de realizar cambios en la medicación, es crucial contar con el respaldo de tu referente sanitario. 

 1. Sientes que el exceso de medicación te desborda

Cuando debemos consumir un alto número de píldoras, es comprensible que la organización y gestión de la medicación se nos haga cuesta arriba.

Aunque no podemos poner en duda el criterio de nuestro profesional sanitario, tal vez existan alternativas en las que el número de píldoras se reduzca.  

Hablamos de la desprescripción. Un proceso basado en la reducción del número de medicamentos para potenciar la adherencia y el ahorro económico. Un ejemplo de ello sería sustituir 2 pastillas de 500 mg por una de 1g.

Además, este hecho puede suponer de gran ayuda al organizar la medicación, y no olvidarse de ninguna toma diaria. Una herramienta muy eficaz para complementar la desprescripción y fomentar la adherencia son los SPDs, por ejemplo. 

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Sobre todo, se trata de considerar si el tratamiento que estamos aplicando le va a hacer bien al paciente.

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Gema Flox, internista del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés y secretaria del Grupo de Trabajo de Cuidados Paliativos de la SEMI lo explica así:  

“Hay que cambiar la forma de ver las cosas. Sobre todo, se trata de considerar si el tratamiento que estamos aplicando le va a hacer bien al paciente, si no le va a provocar daño, si el paciente entiende la terapia y sus efectos secundarios”. 

2. Aparición de efectos secundarios, alergias o efectos adversos

Los efectos segundarios acostumbran a darse habitualmente cuando tomamos 5 medicamentos o más. Ahora bien, no se deben normalizar estas situaciones, asegurando que la circunstancia actuales se encuentra dentro del marco esperado.  

También debes considerar en todo momento a qué medicamentos eres alérgico, y comunicarlo de inmediato. Las alergias pueden desarrollarse a lo largo del tiempo, por lo que un tratamiento debe ser revisado y, en el caso de generar alergias, consultar siempre con el prescriptor.  

3. La medicación no resulta eficaz

Como comentábamos en el inicio del post, en ocasiones podemos empezar un tratamiento que tarde en dar una respuesta a corto o medio plazo. Por supuesto, siempre es recomendable consultar cuánto tiempo se estima que se demore en surtir efecto.   

Por otro lado, un fármaco que ha funcionado perfectamente puede dejar de hacerlo pasado un tiempo.

En ambos casos, te recomendamos hacer las siguientes preguntas:

    • ¿Estoy tomando el medicamento correctamente? 
    • ¿Existen medicamentos alternativos que puedan funcionar mejor? 
    • ¿Existen interacciones entre medicamentos que impidan que el medicamento sea eficaz? 

También te recomendamos comprobar que estás llevando a cabo el tratamiento tal y como ha sido prescrito, y que organizas la medicación de manera correcta:  

    • ¿Me he saltado alguna toma? 
    • ¿Cumplo con una buena adherencia al tratamiento? 
    • ¿Respeto los horarios preestablecidos? 

En función de la respuesta, tal vez necesites un cambio de dosis, o modificar tus hábitos. Si crees que la respuesta puede ser la primera opción, no dudes en consultarlo con tu médico.  

4. El coste supone un problema

Actualmente la medicación sólo es gratuita para un segmento de la población muy concreto. El copago puede variar en función de la situación laboral y social. Esto comporta que gran parte de los pacientes tengan que hacer frente a parte de los gastos que supone su tratamiento médico.  

Aunque existen alternativas para personas en riesgo de exclusión social, no todo el mundo tiene acceso a ellas. Esto desencadena en malos hábitos que deben evitarse a toda costa: 

    • No finalizar el tratamiento médico prescrito 
    • Hacer uso de los fármacos sólo cuando te sientes mal 
    • Tomar parcialmente la medicación, aplazando las tomas o disminuyendo la dosis 
    • Mentir sobre el estado de la salud, restando importancia a síntomas que deben ser tratados.  

Antes de realizar este tipo de cambios en la medicación, habla con tu médico para asegurarte de que no existen alternativas más baratas. Te hablamos de ello en nuestro anterior post: Pobreza farmacéutica: El gran enemigo de la adherencia terapéutica. 

Ante cualquier duda, contacta siempre con un profesional

Si te sientes identificado con alguno de los problemas mencionados, es el momento de tomar medidas.  

Elabora una lista de medicamentos recetados, incluyendo aquellos que tomas de manera complementaria (como puede ser el Ibuprofeno cuando sientes dolor de cabeza, o suplementos vitamínicos)
Identifica los posibles medicamentos problemáticos o aquellos síntomas que pueden preocuparte.
Pide cita en tu centro de salud. En el caso de padecer dolencias graves, no dudes en acudir a urgencias. 

Tu médico siempre te dará una mayor claridad ante lo que puede estar pasándole a tu cuerpo, y cómo mejorar tu estado de salud.  

Antes de empezar un tratamiento recuerda preguntar todas tus dudas para estar preparado y evitar errores a futuro.  

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